Coruña del Conde - Ermita del Santo Cristo


Localización | El ábside | La portada | Otros aspectos

Coruña del Conde es una población enclavada al pie de la antigua ciudad romana de Clunia. La Ermita del Santo Cristo fue construida en fecha imprecisa sobre la que no hay acuerdo entre quienes la han estudiado y que habría que situar entre 1073 y 1147, probablemente ya en el siglo XII.

Consta de una sola nave encabezada por un ábside recto. La portada se abre en el lienzo sur, pudiéndose observar todavía la existencia de un antiguo acceso por el imafronte cegado tiempo atrás. Está ejecutado todo el edificio en sillería de irregular hechura con inclusión de piezas extraídas del yacimiento arqueológico de Clunia. La cubierta es de cuchillos de madera y teja. Su interior, simple y austero, carece de toda ornamentación.

Localización


Coordenadas UTM (Datum ETRS89 y WGS84)
  • Huso:30T; X=467.021; Y=4.623.570
Cartografía

El ábside


Forma un prisma rectangular de planta casi cuadrada y cubierta a dos aguas. Los paramentos exteriores lucen una arquería ciega de desigual número de arcos en sus diversas orientaciones. En el lienzo oriental voltean tres arquillos que apoyan sobre los machones extremos y sobre las dos semicolumnas centrales. De éstas sólo se conserva una y el capitel de la otra. Las basas, formadas por una escocia entre dos anillos tóricos, descansa sobre alto podio con remate troncopiramidal.
Constan los arquillos de una única arquivolta baquetonada. Ambos capiteles poseen cimacio prismático recto y ábaco de nacela. Una de las cestas se adorna con un trazado geométrico formando círculos concéntricos y nudos salomónicos. La otra, con vástagos rectos o entrecruzados. Ambas van coronadas por máscaras de las que emergen caulículos laterales. Las piezas triangulares con que se rellenan las enjutas provienen, como tantas otras, de las ruinas romanas de Clunia y son parte de alguna pilastra estriada.
En el lienzo sur sólo existen dos arcos cuya columna central ha perdido el fuste y la basa. Queda no obstante el capitel decorado con nudo salomónico y caulículos, que posee cimacio liso y ábaco con pomos y volutas. Los arcos son lisos y de sección rectangular.
El alero del lienzo meridional tiene su frente liso y el bisel decorado con tacos jaqueses. Lo soportan siete canecillos en forma de nacela, algunos de los cuales alojan en su escocia figuras humanas o grotescas.
Al igual que el lienzo meridional, el septentrional también presenta dos arcos de rosca lisa y sección rectangular. El fuste de la columna central ha desaparecido, habiéndose conservado el capitel, de supuesta procedencia romana, tallado a base de hojas de acanto, sin cimacio ni ábaco, y la basa o parte de ella constituida por una pieza prismática y sobre ella otra nacelada.
El alero es similar al meridional con la salvedad de que está sostenido por ocho canecillos.

La portada


Realzada por un arimez de poco relieve se dispone en el muro sur de la nave la única portada hoy existente. Se compone ésta de tres arcos: los extremos, lisos, sin decoración alguna, cargando sobre las jambas; el central, de grueso baquetón y moldura abilletada, apoyando sobre columnas acodilladas de las que sólo la izquierda se conserva. Se remata el arimez con moldura salediza adornada con florones inscritos en círculos tangentes, puntas de diamante y dibujos geométricos.
En el lado izquierdo de la portada subsiste un capitel de alta cesta y tosco dibujo caulicular. Su ábaco liso trasciende a la jamba exterior a modo de breve imposta. La pieza de apoyo del arco interior presenta, tanto en el frente como en el plano inclinado de su intradós, entrelazos y flores interiores. En la jamba se han utilizado fragmentos de pilastras estriadas romanas.
El lateral derecho de la portada es similar al opuesto, si bien no se ha conservado de la columna acodillada más que el ábaco. El sillar de apoyo del arco interior muestra en su intradós un frente superior liso y un plano inclinado en el que se dibujan dos círculos tangentes entre sí en los que se inscriben sendas flores de seis pétalos.

Otros aspectos


Los aleros de la nave son lisos en toda su longitud. El de la cara norte está soportado por veintidós canecillos y el de la cara sur por veinticuatro. Representan rostros humanos, máscaras, cabezas de animales y otras variadas figuras. Abundan los de nacela simple o estratificada. Pueden observarse algunos de ellos en esta

 

Los muros de la ermita integran en su fábrica piezas pétreas procedentes de la vecina ciudad romana de Clunia. Con ellas se han formado ambas jambas de la portada, algunos canecillos y un buen número de sillares del cerramiento, sirviendo de muestra el que se ofrece en la imagen adjunta. Se ven estelas funerarias con inscripciones de aquella época y hasta una piedra de amolar.
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