Tambor

Posee tres acepciones bien distintas:

Cuerpo central del capitel y más abultado, o de mayor diámetro, que el fuste de la columna. (RAE)

El tambor, también denominado cesta, constituye el elemento fundamental del capitel que está integrado además por el cimacio y el ábaco en su zona superior. El tambor suele estar siempre decorado. Los motivos utilizados para ello son muy variados, tales como geométricos, vegetales o figurativos.

 

Muro cilíndrico que sirve de base a una cúpula. (RAE)

En la arquitectura románica no suelen utilizarse tambores cilíndricos sino cuerpos poligonales de ocho y doce caras. Al no ser cilíndricos no se ajustarían a la estricta definición de tambor, si bien se conocen con esa misma denominación. Lo habitual es que estén perforados por una serie de huecos regularmente dispuestos que cumplen misión de lucernario, en cuyo caso el tambor equivale a la linterna. También puede aplicarse el término tambor a cualquier cuerpo de edificación de traza cilíndrica o hemicilíndrica, como es el caso de los ábsides, aunque no soporten propiamente una cúpula.

 

Cada una de las piezas del fuste de una columna cuando no es monolítica. (RAE)

En la práctica de las construcciones románicas es difícil encontrar tambores completos, es decir, segmentos de fuste que desarrollen toda su superficie cilíndrica, pues si se trata de columnas de mucha altura se agrupan los fustes en haces (como los de la figura) y en pilares compuestos o se adosan y entregan en los muros, y en los casos de columnas de reducidas dimensiones como las de las galerías porticadas o los claustros en los que sí se muestran exentas, los fustes suelen ser monolíticos.