Zamora - San Juan de Puerta Nueva
Localización | La planta | La cabecera | Las fachadas | El interior
La iglesia parroquial de San Juan de Puerta Nueva, llamada así por encontrarse junto a una de las puertas del recinto amurallado interior de la ciudad, está dedicada a San Juan Bautista por cuya denominación también se la conoce. No hay constancia documental sobre la fecha de su construcción pero sí de que estaba ya erigida en 1172. Puede estimarse, pues, que su origen se remonta a mediados del siglo XII.
El edificio actual es una evolución del primitivo románico a través de sucesivas etapas de modificaciones y restauraciones que le han dado el aspecto y estructura que hoy tiene.
Localización
Coordenadas UTM (Datum ETRS89 y WGS84)
- Huso:30T; X=270.731; Y=4.598.283
Cartografía
La planta
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La iglesia actual, como así fue desde un principio, cuenta con tres naves, si bien ahora se han sustituido los arcos formeros por dos arcos de gran luz que separan cada una de las crujías. En correspondencia con las tres naves posee cabecera de triple ábside recto, algo frecuente en el románico zamorano (San Cipriano, Santiago del Burgo, San Esteban o Santo Tomé). La portada principal se sitúa en la fachada meridional, si bien existe otra en el imafronte y una tercera cegada en el muro norte. |
La cabecera
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La cabecera es de triple ábside rectangular, con la capilla central no sólo de mayores dimensiones que las laterales, como es habitual, sino fuertemente resaltada por alzarse la torre sobre ella. Esta torre, por cierto, ha sufrido diversas vicisitudes. Desde los primeros años del siglo XVI hubo que hacer reparaciones en ella y, a pesar de las obras de refuerzo ejecutadas por Rodrigo Gil de Hontañón hacia los años treinta de ese siglo, en diciembre de 1559 se derrumbó lo que acarreó la ruina de la capilla izquierda y parte de la nave correspondiente. Se reconstruyó todo pocos años después. A principios del siglo XX se despojó a la torre del chapitel que la coronaba y se le dio el aspecto actual. Por efecto de dichas obras de reconstrucción, las capillas central y lateral izquierda se renovaron enteramente y quedaron en el estado de sólida macicez que presentan ahora sin huecos ni ventanas (como se aprecia aquí). Por el contrario, el ábside derecho conserva su original hechura casi intacta. |
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El ábside derecho es el único de los tres que mantiene su traza primitiva, si bien la cubierta se elevó por encima del nivel original cuya huella se aprecia todavía en su testero. En su muro frontal se abre una ventana (verla aquí) de aspillera con abocinamiento liso bajo arco de medio punto compuesto por un baquetón y molduras de mediacaña trasdosado por una chambrana de perfil de nacela. Los capiteles se adornan con hojas de acanto al igual que los cimacios integrados en la imposta que recorre todo el muro frontal.
La ventana situada el el muro lateral de este ábside (verla aquí) es también de aspillera pero sin derrame. El arco está formado por dos arquivoltas de las que la exterior se ve muy deteriorada. Ambas se ornamentan con molduras zigzagueantes de bocel y nacela perlada. Apoya el arco en dos pares de columnillas: el de la izquierda renovado y el opuesto con capiteles de hojas de acanto. |
Las fachadas
Fachada meridional
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La fachada meridional es la que conserva en mayor grado de pureza su original carácter románico. Contiene varios elementos reseñables, como la portada, el rosetón, el adarve y los dos cuerpos que albergan sendas escaleras: la de subida a la torre y la que conduce al adarve. En la arista de unión de las fachadas sur y oeste se levanta un husillo poligonal en cuyo hueco de sección octogonal se desarrolla una escalera de caracol que sube al adarve. Este adarve transcurre por toda la fachada y debió tener en su momento una misión defensiva más propia de una fortaleza que de un templo. No hay que olvidar que la iglesia se alzaba junto a la muralla y que constituía un elemento coadyuvante de la fortificación. En el otro extremo de la fachada se alza otro cuerpo de planta cuadrangular que también acoge otra escalera, en este caso para acceder a la torre. |
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En el tramo central, que forma un moderado arimez sobre el paramento de la fachada, se abre la portada principal. Queda ésta enmarcada por dos columnas entregadas que se elevan hasta el alero y rematan con capiteles de sencilla labra muy erosionados. La portada es de arco de medio punto formado por tres arquivoltas. De ellas, las dos exteriores van decoradas tanto en el frente como en el intradós por casetones que contienen florones de ocho hojas geométricamente distribuidas en cruz y en aspa. La rosca interior, de dimensiones más reducidas, luce adornos sólo en la cara frontal constituidos también por casetones en los que se muestran motivos foliáceos. Todo el conjunto va envuelto por una chambrana lisa moldurada. |
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Tanto el grupo de soportes del lado izquierdo (los de la imagen adjunta) como los del lado opuesto (verlos aquí) responden al mismo diseño: dos triples columnas con sus capiteles sobre los que descargan las arquivoltas externas y una pilastra también encapitelada que sostiene la arquivolta interior. Los capiteles se adornan con pencas y volutas; los cimacios están formados por un listel, un cuarto de caña o caveto y un bocel. Los soportes exteriores están constituidos cada uno por una terna de columnillas, alguno de cuyos fustes lleva una molduración helicoidal o en zigzag y cuyos astrágalos son en ocasiones sogueados o perlados. |
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Sobre la clave de la portada se sitúa este rosetón tan emblemático para la ciudad de Zamora. Un círculo central encierra una cruz patada, mientras que en su trasdós octogonal se apoyan ocho columnillas de breve fuste y capiteles ornados con motivos vegetales diversos. Se disponen radialmente y soportan otros tantos pequeños arcos de medio punto en cuyas aristas achaflanadas se engastan unas bolitas que semejan frutos bulbosos.
Puede observarse a cada lado del rosetón un canzorro que forma parte de los que alineados a esa altura debieron servir en su día para soportar un tejaroz o pórtico protector de la portada. |
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En el primer tramo de la nave aparece esta ventana cuyo hueco lo forma una estrechísima aspillera. Para tan exiguo vano se ha dispuesto un amplio arco de doble arquivolta de boceles, cavetos y mediascañas, más una chambrana moldurada de la misma forma. Descansa el arco sobre una imposta que engloba los cimacios de los capiteles y que está constituida por un listel, una escocia y un bocel. Como soportes existen dos pares de columnillas, uno a cada lado, rematadas superiormente por capiteles cuyas cestas lucen hojas vegetales que en el orden superior se acaban enrolladas formando volutas. |
Fachada septentrional
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Esta fachada está parcialmente reconstruida, quedando de la original románica los tramos segundo y tercero en buena proporción así como el alero con sus canecillos. En el tramo segundo se encuentra la portada y un rosetón, mientras que en el tercero existe un arcosolio también de genuina procedencia. |
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Una segunda portada, hoy cegada, se abría en el tramo intermedio enfrentada a la de la fachada meridional. Es más sencilla que aquélla, estando formada por un arco de medio punto de doble arquivolta y chambrana, con molduraciones lisas a base de boceles y mediascañas en las arquivoltas y de nacela en la chambrana. A cada lado un par de columnillas dan soporte al arco. Los capiteles son lisos sin más labra que unos tacos en la parte superior. Los cimacios están formados por una terna de molduras típica y muy repetida en Zamora: un listel, una escocia y un bocel. |
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Como sucede en la fachada sur también aquí existe un rosetón por encima de la portada. Lo compone un círculo central cuyo intradós se adorna con pequeñas hojas carnosas sobre el que se apoyan figuras hexagonales irregulares que dan lugar a algo parecido a una estrella de seis puntas. Se decoran estos apéndices con botones similares a capullos rosáceos. El círculo externo es liso y biselado. |
Fachada occidental
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No queda en esta fachada nada de época románica. El enorme ventanal que ocupa gran parte del testero y el arco ojival sobre la portada son góticos. El resto es de filiación barroca, de la reconstrucción llevada a cabo en 1759, e incluso más reciente del siglo XX. |
El interior
Inicialmente el interior estaba estructurado en tres naves, cada una con su capilla o ábside de planta rectangular. Estos ábsides subsisten aunque modificados posteriormente, conservándose de la fábrica románica parte de la capilla de la derecha y el arco de triunfo de la central. Es este arco de medio punto con las aristas aboceladas. Descarga sobre dos semicolumnas adosadas a sendas pilastras.
Tras el hundimiento de la torre y el subsiguiente de la capilla izquierda, ésta fue renovada totalmente; su triunfal es apuntado y sus muros ciegos sin hueco alguno. La capilla derecha conserva en mayor medida elementos de la fábrica original apreciándose la huella de la cubierta por bóveda de cañón que tuvo y la imposta de la que arrancaba, si bien aquella bóveda fue sustituida luego por otra gótica a mayor altura (ver detalle).
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Las naves estaban separadas originalmente por tres arcos formeros, uno por cada tramo. Cada una de estas arquerías fue reemplazada en el siglo XVI por un gran arco de medio punto que da más diafanidad al interior del templo. Como consecuencia de esta reforma se sustituyeron las primitivas bóvedas por la actual techumbre con armaduras y artesonado de madera. |
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Aunque ya sin función estructural aún subsisten las semicolumnas adosadas a las correspondientes pilastras que soportaban los arcos fajones de las naves laterales. En la imagen se ven dos de ellas flanqueando la portada principal. Por las huellas que han quedado en los paramentos en forma de arcos de medio punto se intuye que las bóvedas debieron ser de crucería. En este detalle se aprecia con claridad lo dicho. Estas columnas tienen capiteles con adornos vegetales y cimacios de listel, caveto y bocel que se extienden a lo largo de la nave formando una imposta corrida. |
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